sazonándolo con pimiento, ajonjolí, cacahuete y papas” (cfr. NTLLE), algo que también 
utiliza Domínguez en el Suplemento de su diccionario (1869) o Zerolo (1899) como “un guiso 
popular, que se hace de charqui, ají, patatas, etc.” (para ambos, cfr. NTLLE).  
La RAE incorporará charquicán primero en la tradición manual (1927) para luego ser 
lematizado en la edición usual de 1936 (cfr. NTLLE). Este guiso, con leves diferencias, es 
usual en Perú (cfr. Ugarte Chamorro, 1997), Noroeste de Argentina (cfr. Academia Argentina 
2004), Bolivia (cfr. Fernández y Gómez, 1964) y Chile mismo. 
 
3.1.3.3. Respecto a chupe, guiso de origen peruano, ha sido registrado desde 1775 en el 
CORDIAM y en el Léxico Hispanoamericano: “contentándose con ganar un real un día con 
otro, que es suficiente en El Cuzco y Huamanga para llenar las barrigas con un chupe que se 
compone de mote y bastantes papas, con muy poca carne” (Alonso Carrió de la Vandera, El 
lazarillo de ciegos caminantes). Dentro de la lexicografía, el primero en lematizar el guiso 
fue Salvá (1846), con la marca diatópica América y definido como un “Guisado muy común 
y gustoso de carne con papas, chuño y pimiento, a que se añade a veces queso y huevo” (cfr. 
NTLLE), le sigue  (y  con  la  misma  definición)  el  de la  editorial  Gaspar  y  Roig  (1853), 
Domínguez  (Suplemento  de  1869,  cfr.  ambos  en  NTLLE).  Desde  la  lexicografía 
hispanoamericana fue Juan de Arona, en su Diccionario de peruanismos (1882), el primero 
en definir chupe como:  
El más popular de los guisados nacionales después de sancochado. Tiene alguna 
analogía con la cazuela chilena y con el pebre. Se hace simplemente de papas en 
caldo, en cuyo estado no pasa de chupe cimarrón, o con pescado para que constituya 
el de viernes, o con carne, llamándose entonces asado de papas, o finalmente con 
camarones, leche, queso, huevos, pescado, ají, tomate y algún otro ingrediente más. 
Aderezado de la última manera compone el más complejo, el más historiado, el más 
aristocrático, el más monumental de los chupes; y con tamaño copete, abigarrado de 
mil colores, preséntase en las grandes y memorables comilonas.  
 
Un cambio en la definición se da en Zerolo (1899): “Amer. Un guiso muy común, hecho de 
patatas con mucho caldo, algo picante, queso fresco, huevos, pescado o camarones y choclo, 
o sea maíz tierno. Cuando solo tiene patatas o papas y caldo, se llama chupe cimarrón” (cfr. 
NTLLE). Desde Chile, Manuel Antonio Román cita a Arona para el chupe, y precisó: “Tal 
es el chupe peruano descrito por Arona y que también se conoce en Chile, poco más o menos