Estrategias para afrontar el manejo del estrés académico orientado al fortalecimiento
del rendimiento escolar en estudiantes de básica
Ana Carolina Guapaz Oviedo
guapazoviedoanacarolina@yahoo.es
ORCID https://orcid.org/0009-0004-2188-7517
REVISTA GACETA DE PEDAGOGÍA- Nº52 Año 2025
Estrategias para afrontar el manejo del estrés académico orientado
al fortalecimiento del rendimiento escolar en estudiantes de
básica
Coping strategies for managing academic stress that strengthen academic
performance in elementary school students
Estratégias de coping para gerir o stress académico que reforçam o
desempenho académico dos alunos do ensino básico
Stratégies d'adaptation pour gérer le stress scolaire qui renforcent le
rendement scolaire des élèves du primaire
Ana Carolina Guapaz Oviedo
guapazoviedoanacarolina@yahoo.es
ORCID https://orcid.org/0009-0004-2188-7517
Unidad Educativa "César Antonio Mosquera" Ecuador
Resumen
El estrés académico se refiere a la presión y ansiedad que enfrentan los estudiantes
debido a las exigencias del entorno escolar. El objetivo del estudio fue proponer
estrategias para el manejo de esta ansiedad que fortalezcan el rendimiento escolar
de los alumnos de educación básica. La investigación se enmarcó en el paradigma
positivista, de campo y de tipo descriptivo. La información se recopiló a través de un
cuestionario de preguntas cerradas dirigido a niños y padres, utilizando un muestreo
no probabilístico de tipo intencional. Los resultados indican que, desde la
postpandemia, han surgido situaciones educativas y sociales que han provocado
estrés en los niños, afectando negativamente su rendimiento escolar. Se concluye
que es necesario reforzar hábitos de estudio, como realizar las tareas de manera
independiente, fomentar la responsabilidad y promover la autonomía. Para lograrlo,
es fundamental implementar estrategias efectivas para abordar este fenómeno.
Palabras clave: Estrés, Estrategias, Rendimiento Escolar.
Abstract
Academic stress refers to the pressure and anxiety that students face due to the
demands of the school environment. The objective of the study was to propose
strategies for managing this anxiety that strengthen the academic performance of
basic education students. The research was framed in the positivist, field and
descriptive paradigm. The information was collected through a questionnaire with
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closed questions aimed at children and parents, using intentional non-probabilistic
sampling. The results indicate that, since the post-pandemic, educational and social
situations have arisen that have caused stress in children, negatively affecting their
school performance. It is concluded that it is necessary to reinforce study habits, such
as carrying out tasks independently, encouraging responsibility and promoting
autonomy. To achieve this, it is essential to implement effective strategies to address
this phenomenon.
Key words: Stress, Strategies, School Performance.
Resumo
O stress académico refere-se à pressão e ansiedade que os alunos enfrentam devido
às exigências do ambiente escolar. O objetivo do estudo foi propor estratégias de
gestão desta ansiedade que fortaleçam o desempenho académico dos alunos do
ensino básico. A investigação foi enquadrada no paradigma positivista, de campo e
descritivo. A informação foi recolhida através de um questionário com perguntas
fechadas dirigido às crianças e aos pais, utilizando amostragem não probabilística
intencional. Os resultados indicam que, desde o pós-pandemia, têm surgido
situações educativas e sociais que têm provocado stress nas crianças, afectando
negativamente o seu desempenho escolar. Conclui-se que é necessário reforçar
hábitos de estudo, como a realização de tarefas de forma independente, incentivar a
responsabilidade e promover a autonomia. Para o conseguir, é essencial
implementar estratégias eficazes para fazer face a este fenómeno.
Palavras chave: Stress, Estratégias, Desempenho Escolar
Résumé
Le stress scolaire fait référence à la pression et à l’anxiété auxquelles les étudiants
sont confrontés en raison des exigences de l’environnement scolaire. L'objectif de
l'étude était de proposer des stratégies de gestion de cette anxiété qui renforcent les
performances académiques des élèves de l'éducation de base. La recherche a été
encadrée dans le paradigme positiviste, de terrain et descriptif. Les informations ont
été collectées au moyen d'un questionnaire à questions fermées destiné aux enfants
et aux parents, en utilisant un échantillonnage intentionnel non probabiliste. Les
résultats indiquent que depuis la post-pandémie, des situations éducatives et sociales
sont apparues qui ont provoqué du stress chez les enfants, affectant négativement
leurs résultats scolaires. On conclut qu'il est cessaire de renforcer les habitudes
d'étude, telles que réaliser des tâches de manière indépendante, encourager la
responsabilité et promouvoir l'autonomie. Pour y parvenir, il est essentiel de mettre
en œuvre des stratégies efficaces pour lutter contre ce phénomène.
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Mots clés: Stress, Stratégies, Performance Scolaire.
INTRODUCCIÓN
Se espera que la vida de los niños esté llena de alegría, juegos y estudios, sin
muchas preocupaciones. Sin embargo, esta no siempre es la realidad. La dinámica
de la vida actual está marcada por períodos de cambios y transformaciones
significativas en los ámbitos político, económico, social, tecnológico, educativo,
religioso y cultural. Estos cambios han afectado a los individuos en diversas
dimensiones y, por ende, tienen una relevancia particular en los contextos familiares,
educativos y sociales donde los niños interactúan cotidianamente. Estas
transformaciones pueden llevar a las personas a experimentar estrés si no cuentan
con herramientas adecuadas para afrontarlo.
El ser humano está expuesto a exigencias, presiones y demandas que, en
muchos casos, superan su capacidad de respuesta. Esto afecta tanto a adultos como
a niños, siendo estos últimos los más vulnerables ante las circunstancias que los
rodean. Ciertamente, los estudiantes de 6to grado de educación básica han
manifestado variaciones en la cotidianidad de sus hogares, evidenciando
nerviosismo ante evaluaciones, cumplimiento de tareas y asignaciones. Algunos
enfrentan problemas familiares difíciles de manejar.
Por su parte, los padres han observado cambios emocionales en sus hijos,
quienes experimentan angustia, preocupación e inquietud debido a situaciones
académicas, como la dificultad para comprender ciertos temas o las exigencias de
los docentes en cuanto al cumplimiento de actividades. Esta situación se vuelve aún
más preocupante cuando los docentes informan sobre un descenso significativo en
el rendimiento académico de los estudiantes.
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En relación con lo mencionado anteriormente, es importante resaltar que
destacarse académicamente es uno de los aspectos que determina con mayor
precisión el nivel de aprendizaje de un estudiante. Además, puede influir en su estado
emocional. Por esta razón, este aspecto escolar se ha convertido en una de las
variables más estudiadas por educadores e investigadores. Al respecto, Albán y
Calero (2017) refieren que el rendimiento escolar “está ligado a la capacidad y
esfuerzo del estudiante; y en su aspecto estático comprende al producto del
aprendizaje generado por el estudiante y, por tanto, expresa el aprovechamiento de
las influencias empleadas en el proceso de enseñanza aprendizaje” (p.214). Si un
estudiante enfrenta problemas o situaciones emocionales, es probable que su
esfuerzo sea escaso o inexistente, lo que resultará en un mínimo o nulo
aprovechamiento de las enseñanzas impartidas por el docente.
En efecto, la combinación de factores que influyen en el aprendizaje de una
persona puede relacionarse con el estrés, ya que este puede impactar
significativamente las calificaciones de un estudiante y, por ende, su rendimiento
académico. Ante la realidad que enfrentan los estudiantes, se puede inferir que
experimentan procesos estresantes generados por situaciones académicas, cuyos
estresores deben ser abordados. Si no aprenden a afrontarlos, es probable que
continúen enfrentando dificultades a lo largo de su vida estudiantil, lo que podría dar
lugar a problemas que afecten no solo su salud física, sino también su bienestar
mental. En este marco, el estrés es definido por la Organización Mundial de la Salud
(OMS, 2023) como un estado de preocupación o tensión mental generado por una
situación difícil, en la cual se reacciona afectando el bienestar integral de una
persona.
Barraza et al. (2011) lo definen como un “proceso que se presenta cuando el
alumno se ve sometido, en contextos escolares, a una serie de demandas… estos
provocan un desequilibrio sistemático (situación estresante) que se manifiesta en una
serie de síntomas (indicadores del desequilibrio)” (p.33). Se considera que el
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estudiante quizás comienza a experimentar una cantidad de situaciones que no
puede ni sabe controlar y todo lo agobia, al extremo que la docente infiere que está
presentando conductas disruptivas.
Por lo tanto, es fundamental identificar las principales manifestaciones y efectos
de situaciones estresantes para desarrollar estrategias que ayuden a los estudiantes
a afrontar las nuevas situaciones académicas y sociales que surgen en su día a día,
a medida que crecen y asumen nuevas responsabilidades. En este contexto, se lleva
a cabo un estudio enfocado en estrategias para el manejo del estrés académico, con
el objetivo de fortalecer el rendimiento escolar de los estudiantes de 6to grado de
educación básica.
Es esencial que los niños aprendan desde pequeños a afrontar y prevenir el
estrés mediante diversas estrategias, con el apoyo de su familia y docentes. Este
fenómeno representa un problema de salud pública que puede tener consecuencias
negativas en las dimensiones emocionales, cognitivas, fisiológicas y conductuales de
los niños. Por lo tanto, es crucial implementar un manejo adecuado que garantice su
salud física, mental y emocional de manera integral. Se debe establecer un proceso
de acompañamiento que ayude a los estudiantes a gestionar de manera eficiente los
estresores, permitiéndoles adaptarse a los diferentes contextos que la vida les
presenta, lo cual beneficiará su bienestar psicopedagógico y sus competencias
emocionales.
El estudio resalta la necesidad de brindar apoyo tanto a padres como a
docentes, ya que ofrece respuestas a la problemática planteada y proporciona
herramientas para que los estudiantes refuercen su rendimiento académico. Sin este
apoyo, algunos niños podrían no alcanzar las competencias necesarias y
experimentar dificultades en sus aprendizajes significativos. Este enfoque se
relaciona con los procesos de calidad en la educación y con la necesidad de prevenir
factores que estresen a los niños, lo que les permitirá un desempeño eficaz. Si se
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logra abordar este problema, se podrá compartir la experiencia con otras
instituciones educativas que enfrenten situaciones similares de estrés académico, de
manera que las estrategias propuestas contribuyan a soluciones viables que ayuden
a controlar y manejar este fenómeno, transformándolo en una experiencia positiva y
proyectándose hacia una vida más saludable.
Con relación a los factores generadores de estrés académico en los niños y
adolescentes, el contexto de desarrollo de los niños puede verse afectado de alguna
manera y generar situaciones estresantes. Trianes (2002), fundamenta que “La
infancia es un periodo que se caracteriza, sobre todo, por el cambio. En esa etapa el
estrés puede estar producido por cualquier situación que requiera una adaptación,
que a menudo causa ansiedad y podría convertirse en acontecimientos estresantes”
(p. 14).
Al respecto, Allegret et al. (2010) indican que “a los niños, igual que los adultos,
el estrés puede afectarles de manera puntual o permanente y presentarse, con
diverso grado de severidad” (p. 21). Se destaca que las manifestaciones se
presentan en contextos diversos, un niño puede expresar emociones repentinas de
llanto, ira o tristeza. Igualmente, el haber sufrido una pérdida, muestran conductas
de baja energía, aislamiento, problemas psicosomáticos. Es la dificultad de
adaptarse a nuevas situaciones y suele llevar aparejado, cambios de
comportamiento.
Los factores de estrés vinculados con el contexto y las interacciones familiares,
la educación, la socialización y la comunicación, así como la disponibilidad de
recursos, influyen de forma particularmente notoria en los contextos del hogar y la
escuela. Al respecto, Näslund et al., (2021), indican que “estos espacios aportan
herramientas de desarrollo y oportunidades fundamentales para los niños, las
interrupciones o desestabilizaciones, pueden tener implicancias a largo plazo” (p.5).
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Martínez y Pérez (2018), mencionan los siguientes generadores de estrés que
se pueden presentar en la escuela. Entre ellos están: El rechazo motivado a
diferencias raciales, cognitivas, de personalidad entre otras, ya que algunos niños
que se sienten excluidos por sus pares pueden padecer de estrés, el uso exagerado
y abusivo de la tecnología hace de algunos niños y adolescentes cierta dependencia,
y al estar en la escuela y no poder hacer uso de esta, se generan signos de procesos
estresantes, la violencia escolar, los problemas en el aula mal manejados por los
docentes, los niños que son ctimas de esta violencia y no se sienten protegidos y
atendidos, el nivel de exigencia del docente y de los padres, hace sentir al niño o
adolescente sobrecargado. Finalmente, el trato poco comprensivo y empático de
algunos docentes, los tonos de voz altos, regaños en público, la rigidez del docente
y los estilos de enseñanza contribuyen a que aparezcan o a incrementar niveles de
estrés en esta población infantil.
Adicionalmente, otros factores que pueden desencadenar estrés en los
estudiantes de educación básica incluyen situaciones como cambios repentinos en
su rutina, mudanzas, la llegada de nuevos integrantes a la familia, la evidente
ansiedad de los padres por motivos desconocidos para el niño, la violencia
doméstica, la disminución de los ingresos familiares, y la pérdida de seres queridos,
cambios en la casa que no son informados al niño, problemas entre los padres y
estrictamente de adultos que por su nivel de complejidad no deben ser informados a
los niños pero estos los perciben, entre otros.
Si hay factores generadores de estrés, sin duda existirán algunas señales de
alarma o efectos visibles que se van presentando en el individuo, si no hay control
de afrontamiento de las causas. Gassman et al. (2020), precisan que no todos los
niños pueden padecer este fenómeno, sin embargo, se evidencian señales de alerta
comunes para reconocer que está pasando por una etapa de estrés. Algunas son:
Freno en su desarrollo o avances, problemas de ansiedad que se manifiestan en el
miedo a la separación de los padres, se despierta más durante la noche y le cuesta
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conciliar el sueño, problemas relacionados con la alimentación, enfados habituales y
sensación de irritabilidad, desmotivación para realizar actividades escolares,
aislamiento en su habitación, expresa poca comunicación, no comenta sus
sentimientos, ni qué le pasa.
Es importante señalar que la forma de manifestar estrés un niño dependerá de
muchos factores. Los síntomas serán de acuerdo al tipo que presente. Si es agudo
puede exteriorizar algunos síntomas leves con períodos cortos y que disminuye
cuando la situación se resuelve. El crónico es un tipo que se vincula con la activación
aumentada y prolongada. Según Thompson (2014), “Los períodos de estrés
elevados o prolongados durante la infancia temprana pueden entorpecer la
progresión de las trayectorias evolutivas normativas, especialmente en lo relativo a
la conducta y la cognición” (p.41).
A su vez, Campos (2021) indica que el estrés se presenta con síntomas físicos,
cognitivos, emocionales, conductuales y sociales. Con base a los aportes de la
mencionada autora, los síntomas físicos se pueden evidenciar en reacciones como
dolor de cabeza, dolor de estómago, vómitos, diarreas, fatiga, insomnio, dolores
musculares destacando el cuello y la espalda, taquicardias y aumento o disminución
del apetito; los cognitivos en pensamientos de incapacidad, baja autoestima, bloqueo
ante situaciones que antes manejaba, problemas en la atención, concentración y
memoria; los emocionales en nervios, angustia, agobio, manifestaciones de llanto,
rabia, frustración, apatía, tristeza o miedo; los conductuales en irritabilidad, mal
humor, cambios en su estilo habitual de comportamiento y, finalmente los ntomas
sociales se manifiestan en aislamiento, desconexión, soledad entre otros.
Es de hacer notar, que estos síntomas se pueden hacer cada vez más
recurrentes afectando la salud del niño o joven, para lo cual se hace necesario
manejar estrategias de afrontamiento. En este sentido, Fernández (2000), refiere que
el afrontamiento corresponde a “las predisposiciones personales para hacer frente a
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las situaciones siendo los responsables de las preferencias individuales en el uso de
uno u otros tipos de estrategias de afrontamiento, así como de su estabilidad
temporal y situacional” (p. 189).
En este propósito, Lazarus y Folkman (1986), definen como control del estrés
a un “conjunto de cnicas que tienen la finalidad de equipar a una persona de
mecanismos eficaces para afrontar el estrés, siendo poderoso cuando una persona
utiliza estrategias de afrontamiento o cambio de situaciones estresantes” (p.140). El
control es entonces una manera de afrontamiento, ya que el individuo hace frente a
la situación estresante utilizando sus propias herramientas bien para controlar que
siente física y psicológicamente, o mejor aún, para trabajar los agentes causantes de
dicho problema. En el caso de los niños, si se les enseña ellos pueden aprender a
controlarlo.
En este mismo orden de ideas, Naranjo (2009) enfatiza que el no controlar y
prevenir el estrés “puede poner en peligro su salud y su tranquilidad, mientras que
quien conoce y pone en práctica acciones adecuadas para prevenirlo y afrontarlo
puede disfrutar de un estilo de vida más sano y más satisfactorio” (p. 171). Por esta
razón, se considera que la edad escolar es el momento ideal para comenzar a
trabajar en la prevención y atención del estrés académico, ya que cualquier
estudiante puede verse afectado por este fenómeno. Asimismo, Guerrero (2000)
considera que muchas cnicas están perfiladas para el tratamiento de diversos
problemas de comportamiento, aunque tienen utilidad a nivel preventivo, se orientan
a fomentar la capacidad de adaptación del individuo. Estas pueden facilitar a los
estudiantes el aprendizaje de estrategias que les permitan mitigar sus efectos y
enfrentar otras situaciones estresantes, para mejorar su bienestar integral.
Las cnicas se clasifican en: Generales, las cuales persiguen dotar a las
personas con una serie de recursos personales genéricos, como estar en un buen
estado de forma físico, llevar una dieta adecuada, aprender a distraerse, que les van
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a permitir afrontar de la mejor manera posibles situaciones de estrés; Cognitivas, su
finalidad sería cambiar la forma de ver la situación (la percepción, la interpretación y
evaluación del problema y de los recursos propios); Fisiológicas, son las que buscan
cambiar las respuestas fisiológicas que una situación de estrés produce en las
personas. En ellas se destacan: la relajación física, de control de respiración y de
relajación mental y están encaminadas a reducir la activación fisiológica y el malestar
emocional y físico consiguiente y Conductuales, las cuales tienen como fin el
promover conductas adaptativas: dotar al individuo de una serie de estrategias de
comportamiento que le ayuden a afrontar un problema (Guerrero, 2000).
A efectos de lo planteado, es necesario abordar algunas técnicas básicas para
el manejo adecuado del estrés, con el fin de reducir las tensiones que lo provocan.
Estas pueden aplicarse antes, durante o después de un evento estresante.
Dependiendo de su complejidad, pueden ser aplicadas por la persona que lo padece
o por otra persona que en este caso puede ser un familiar o el mismo docente.
Algunas de ellas son: La abrazoterapia, conociendo lo significativo que es un abrazo
para cualquier ser humano en casi cualquier situación, los abrazos generan
seguridad, brindan apoyo, dan contención y favorecen al fortalecimiento de las
relaciones interpersonales y a la generación de factores protectores para superar
cualquier adversidad (De Mézerville, 2004).
Otra de las técnicas es el humor, siendo que es una herramienta que posibilita
crear espacios de vinculación y generar un clima de confianza entre un grupo. Al
respecto, Rose (2002) menciona que, además de ser divertido, reír es un buen
ejercicio para el corazón y los pulmones. Asimismo, según ciertas investigaciones,
reír también contribuye a reducir la presión arterial, relaja los músculos, alivia el dolor,
reduce las hormonas del estrés y dispara el sistema inmunológico, aumentando la
producción de células destructoras de enfermedades. La risa es un detonante para
la liberación de endorfinas, los analgésicos naturales del cuerpo, y producen una
sensación general de bienestar.
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Los masajes, por ser bastante comunes, constituyen una técnica que favorece
a la liberación de endorfinas, sustancia que posibilita sentir bienestar, así como
prevenir y combatir los dolores fisiológicos (De Mézerville, 2004). Se destaca que
realizar algún tipo de masajes en la rutina de un niño puede ser una forma efectiva
de ayudarles a manejar el estrés y promover su bienestar integral. En complemento
se puede mencionar que “utilizar el tacto es una manera muy efectiva de relajarse, y
el masaje, en particular, es una de las formas más fiables de aliviar el estrés y relajar
los músculos doloridos. Es una terapia sedante que libera tensiones y reduce la
ansiedad” (Rose, 2002, p. 16).
La cromoterapia es una técnica recomendada para el manejo del estrés, la cual
se apoya en los preceptos de la teoría de colores. Para Rose (2002), los colores
pueden tener un profundo efecto en su estado de ánimo, vitalidad y bienestar. El
color amarillo y el rojo son estimulantes; el azul y el verde, tranquilizantes. Los
terapeutas del color utilizan colores diferentes para mejorar la salud física, emocional
y espiritual de sus pacientes, generalmente aplicando luces de distinta tonalidad
sobre sus cuerpos.
En este sentido, la elección de los colores no es algo al azar, sino que depende
del momento y el estado anímico de las personas; según la teoría, responde al aquí
y ahora, pues son una de las manifestaciones de las emociones, en donde se
representa sensaciones y situaciones, basadas en la observación y la experiencia.
La cromoterapia es un método de armonización y de ayuda a la curación natural de
ciertas enfermedades mediante el uso de los colores, los cuales corresponden a
vibraciones que tienen velocidades, longitudes y ritmos de ondas diferentes. Estos
ejercen una influencia física, psíquica y emocional imperceptible de una manera
consciente al ser humano y permite a la energía vital tener un estado que facilita la
auto sanación (Carrillo, 2010).
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La aromaterapia: Es una de las técnicas más reconocidas a nivel mundial para
el control del estrés. Según De Mézerville (2004), tiene su origen en la cultura oriental
muy antigua, cuyo efecto es relajar. Consiste en utilizar aceites de hierbas y otras
plantas aromáticas para que, aplicadas en el cuerpo, logren la relajación o el alivio
de un dolor o trastorno. Finalmente, se puede mencionar que los ejercicios de
respiración son excelentes para afrontar situaciones que se perciban estresantes,
siempre y cuando se apliquen adecuadamente. Estos generalmente se ven como
algo inherente al ser humano que se hace involuntariamente, pero cuando es
controlado y se concientiza, se cambia totalmente la percepción de relajación
obtenida. Es recomendable hacer ejercicios de respiración diariamente, durante las
primeras horas de las mañanas y practicarla constantemente durante el resto del día.
Partiendo de la teoría sobre los aspectos fundamentales del estrés, se destaca
que cada persona reconoce su presencia en la vida cotidiana y lo experimenta de
manera diferente. Por ello, cada individuo busca alternativas para reducirlo mediante
técnicas y estrategias de apoyo. En el caso de los niños y jóvenes que enfrentan
situaciones estresantes en el aula o fuera de ella, es esencial que se les forme en el
desarrollo de competencias emocionales que les permitan pensar, sentir y actuar
ante las tensiones y presiones por las que atraviesan.
Para finalizar, es importante recordar que el estrés puede dar lugar a diversas
situaciones adversas en la actualidad. Según la literatura revisada, muchos autores
coinciden en que cierto nivel de tensión puede motivar a realizar esfuerzos que son
necesarios para enfrentar los retos de la vida. Por lo tanto, es evidente la importancia
de aprender a mantener el equilibrio y continuar el proceso de evolución y reinvención
como seres humanos, promoviendo desde edades tempranas el manejo adecuado
de diversas circunstancias que le agobien para vivir con bienestar. El objetivo del
estudio fue proponer estrategias para el manejo del estrés académico post pandemia
que fortalezcan el rendimiento escolar de los estudiantes de básica.
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METODOLOGÍA
La investigación se llevó a cabo bajo el paradigma positivista, que sustenta el
enfoque cuantitativo. Califica como una investigación de campo de tipo descriptiva,
no experimental. Es de campo ya que los datos fueron recolectados directamente
desde la fuente real (Arias, 2006, p. 31). Este enfoque permite obtener información
precisa y contextualizada sobre el fenómeno estudiado, es decir estrés y rendimiento
académico de los estudiantes. Es descriptiva porque “refiere la caracterización de un
hecho, fenómeno, individuo o grupo, con el fin de establecer su estructura o
comportamiento” (Arias, 2006, p.27). Es no experimental ya que se realizó sin la
manipulación deliberada de variables.
La población estuvo constituida por los padres de familia y estudiantes de la
Unidad Educativa "César Antonio Mosquera" Parroquia de Julio Andrade, Cantón
Tulcán Provincia del Carchi, Ecuador. Para seleccionar la muestra se utilizó el
muestreo no probabilístico, de tipo intencional u opinático, donde “los elementos son
escogidos con base en criterios o juicios preestablecidos por el investigador” (Arias,
2006, p. 85). La muestra quedó conformada por 30 estudiantes del sexto año del
paralelo A, con los padres de familia. Los criterios para la selección de la muestra
intencional fueron que los reportes de la docente indicaban manifestaciones de
situaciones que a su consideración podrían vislumbrar estrés, observando en ellos
desmejoramiento académico y mostrando un bajo nivel de rendimiento escolar.
Se empleó la técnica de la encuesta, utilizando como instrumento de
recolección de datos el cuestionario. Se construyeron dos cuestionarios atendiendo
a las siguientes variables estrés académico con las dimensiones manifestaciones
psicológicas, manifestaciones fisiológicas y manifestaciones sociales y rendimiento
escolar con las dimensiones cognitiva, afectiva, actitudinal y académica. Ambos,
tanto el de los padres como el de los estudiantes contentivos de 28 preguntas que
respondían a las mismas variable, dimensiones e indicadores solo que la redacción
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estaba orientada a cada grupo. Los instrumentos fueron sometidos a juicio de
expertos, una vez validados y modificados, se pasaron a una prueba piloto. Para
determinar la confiabilidad de ambos instrumentos se utilizó la consistencia interna
KuderRicharson20 (Kr
20
), el cual arrojo una alta confiabilidad (0,8051 estudiantes y
0,8886 el de los padres). Se realizó el análisis estadístico de los datos recogidos a
través de la descripción, clasificación, registro en tablas de frecuencia y gráficos con
los resultados. Posteriormente, se realizó la discusión.
RESULTADOS
Con base a la aplicación de los instrumentos a los padres de familia y
estudiantes se obtuvo los siguientes resultados. El análisis e interpretación de
resultados se realizó desde un punto de vista comparativo entre estudiantes y padres
de familia, por lo tanto, se hace en paralelo. Se presentan a continuación los más
significativos para el estudio en atención a variables y dimensiones.
Variable. Estrés académico
Dimensión manifestaciones psicológicas
Tabla 1
Ansiedad o angustia ante situaciones relacionadas con sus responsabilidades
escolares
Opciones
de
respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 17 57 15 50
No 13 43 15 50
Total 30 100 30 100
En la tabla 1 se observa que el 57% de los estudiantes encuestados respondió
que tienen ansiedad o angustia ante situaciones relacionadas con sus
responsabilidades escolares y el 50% de los padres de familia refieren también que
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sus hijos tienen ansiedad o angustia ante estas responsabilidades. Los padres lo
afirman, pero en un menor porcentaje.
Dimensión manifestaciones fisiológicas
Tabla 2
Presión por tener muchas tareas
Opciones de
respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 25 83 26 87
No 5 17 4 13
Total 30 100 30 100
El 83% de los estudiantes y el 87% de los padres encuestados respondieron
que la cantidad de tareas ejerce presión sobre los niños. Comparando las respuestas
de ambos grupos de encuestados, un porcentaje un poco mayor de los padres cree
que sus hijos sienten presión por tener muchas tareas.
Variable. Rendimiento escolar
Dimensión cognitiva
Tabla 3
Permanece atento (a) a lo que dice el docente en clase.
Opciones De
Respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 10 33 18 60
No 20 67 12 40
Total 30 100 30 100
Se observa que el 67% de los estudiantes encuestados respondió que no
permanece atento a lo que dice el docente en clase. El 40% de los padres, un
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del rendimiento escolar en estudiantes de básica
Ana Carolina Guapaz Oviedo
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ORCID https://orcid.org/0009-0004-2188-7517
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porcentaje comparativamente menor a lo respondido por los estudiantes, dicen que
sus hijos no están atentos a las clases.
Dimensión afectiva
Tabla 4
Manifiesta interés en asistir a clases
Opciones de
respuestas
Padres
F
%
F
%
Si
6 20 5 17
No
24 80 25 83
Total
30 100 30 100
Se puede observar que el 83% de los padres de familia encuestados
respondieron que sus hijos no manifiestan interés en asistir a clases. Comparando,
el 80% de los estudiantes encuestados respondieron en un pequeño porcentaje
menor que no manifiestan interés en asistir a clases.
Tabla 5
Deja para último momento los estudios o responsabilidades académicas
Opciones de
respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 28 93 29 97
No 2 7 1 3
Total 30 100 30 100
El 93% de los estudiantes encuestados respondió que si dejan para último
momento los estudios o responsabilidades académicas. El 97% de sus padres
respondió la misma afirmación. Lo que quiere decir que comparativamente un
porcentaje mayor que son los padres nota que sus hijos dejan las tareas para último
momento.
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Dimensión Actitudinal
Tabla 6
Mantiene relación con los compañeros que son buenos estudiantes
Opciones
de
respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 4 13 3 10
No 26 86 27 90
Total 30 100 30 100
El 13% de los estudiantes encuestados respondió que si mantiene relación con
los compañeros que son buenos estudiantes. El 10% de los padres dice que sus hijos
mantienen relaciones con los buenos estudiantes. Comparativamente, un poco
menor el porcentaje afirmativo de respuesta de los padres.
Tabla 7
Establece un trato cordial y de respeto con los docentes
Opciones
de
respuestas
Estudiantes Padres
F % F %
Si 22 73 30 100
No 8 27 0 0
Total 30 100 30 100
Se denota que el 100% de los padres encuestados, y el 73% de los estudiantes
encuestados refieren que existe un trato de cordialidad entre alumnos y docentes.
Los padres, comparativamente respondieron en un menor porcentaje probablemente
porque algunos interpretaron relación docente con sus hijos. Esto se vincula con los
resultados presentados anteriormente relacionados con la parte afectiva que
muestran con sus familiares y amigos.
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DISCUSIÓN
Es importante que todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender y
usar herramientas útiles que les ayuden a desarrollar sus habilidades y destrezas.
Así, podrán enfrentar los desafíos que se presenten en su vida diaria, especialmente
en la escuela. Aprender a superar obstáculos y adaptarse con una actitud positiva es
fundamental. Esto significa que, aunque a veces las cosas se pongan difíciles,
siempre se podrá encontrar formas de seguir adelante y alcanzar el éxito. A veces,
los niños y niñas sienten estrés cuando algo en la escuela les preocupa o les molesta.
Es normal sentirse así, pero hay maneras de manejar ese estrés para que se sientan
mejor. Con la ayuda de sus maestros y familiares, los estudiantes pueden aprender
a controlar sus emociones y disfrutar más de su tiempo en clase.
Por tanto, las situaciones relacionadas con sus responsabilidades escolares
están afectando al grupo de niños. La tabla 1 indica que el 57% de los estudiantes
sienten ansiedad y angustia ante estas situaciones, lo que quiere decir que todo lo
que implique responsabilidades académicas como por ejemplo levantarse temprano,
estudiar para las evaluaciones, asistir diariamente al instituto, seguir una rutina
pueden ser un factor generador de estrés académico para ellos. Las
responsabilidades escolares bien sean dentro del aula o en el hogar, podrían
convertirse en factores estresantes. Palacio, Tobón, Toro y Vicuña (2018) en su
investigación indican que el estrés escolar puede ser prevenible, y las
responsabilidades escolares en exceso o no motivadoras puede ser un factor
determinante.
El exceso de tareas es también un factor generador de estrés en los
estudiantes, el 83% de los encuestados tabla 2 manifiestan presión por exceso de
tareas. Cruz y Vargas (2006), refieren que una de las respuestas fisiológicas es la
presión evidenciada en taquicardia y aumento de la tensión muscular. Con relación
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a la cantidad de tareas, para Huamán y Periche (2009), dicen que es muy importante
saber cómo se debe estructurar la tarea escolar para motivar su ejecución por parte
de los estudiantes, sin ser excesivo en cuanto a cantidades y nivel de complejidad.
Alejos (2017), en su estudio sobre el estrés académico en estudiantes de secundaria
obtuvo en los resultados que los principales estresores son la sobrecarga de tareas,
estos resultados se vinculan con los de esta investigación. En este sentido, el
docente tiene una gran responsabilidad en moderar la cantidad de tareas ya que sin
duda se convierte en un estresor que hace daño al estudiante.
La atención y concentración de los estudiantes también se vieron afectados
como consecuencia del estrés académico. La tabla 3 indica que el 67% de los
estudiantes no permanece atento a lo que dice el docente en clases. Al respecto,
Naranjo (2009) indica que cuando el organismo del ser humano es sometido a
situaciones estresantes se presentan algunas manifestaciones donde es posible que
la concentración se vea afectada por las emociones y sentimientos. Por tanto, ante
esta situación se enfatiza la necesidad de implementar estrategias de apoyo
emocional y manejo del estrés en el entorno educativo, para favorecer un ambiente
propicio de aprendizaje significativo que ayuden al estudiante a afrontar circunstancia
presentes en su vida.
Los dos docentes encuestados indican en sus respuestas que los estudiantes
cuando estaban en sus casas en la pandemia eran ayudados por los padres y
familiares con la elaboración de las tareas y actividades, por eso perdieron algunas
destrezas y hábitos. Esto se evidencia cuando ahora de regreso a la presencialidad
en el aula, los estudiantes no pueden hacer sus tareas o resolver las operaciones, a
diferencia que en pandemia entregaban los trabajos bien hechos, con buenos
resultados y buena presentación. Los hábitos que tiene un estudiante los puede
perder, pero también se pueden aumentar o recobrar (Díaz y García, 2008). Por
tanto, son definidos como los métodos y estrategias que acostumbra a usar el
estudiante para asimilar conocimientos, su aptitud para evitar distracciones, su
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atención al material específico y los esfuerzos que realiza a lo largo de todo el
proceso (Cartagena, 2008).
Con relación a la atención, participación, concentración que requiere el
aprendizaje, las docentes refieren que pocos eran los niños que dejaban sus cámaras
encendidas, lo que les impedía ver el comportamiento de los estudiantes, y los que
las dejaban encendidas se podía notar la presencia del adulto detrás, lo que tampoco
era positivo para los estudiantes ya que este tipo de padres son los que ayudan en
exceso a los estudiantes y no los favorecen.
Los resultados indican que los niños llegan a la institución educativa contentos
por compartir con sus afectos. Ellos muestran alegría las horas de recreo, pero en el
aula de clases cuando comienzan las exigencias académicas su actitud cambia
mostrándose temerosos, callados, poco participativos y desmotivados al aprendizaje.
Lamas (2015) afirma que “en el rendimiento académico intervienen factores como el
nivel intelectual, la personalidad, la motivación, las aptitudes, los intereses, los
hábitos de estudio, la autoestima o la relación profesor-alumno” (p.316). En efecto,
un grupo desmotivado que solo disfruta en las actividades al aire libre y muestra poco
interés hacia el estudio, el nivel de rendimiento va a disminuir.
CONCLUSIONES
El estrés representa un problema de salud pública para niños y niñas, tal como
lo han señalado organismos internacionales. Las manifestaciones y síntomas del
estrés infantil son factores críticos que afectan no solo su bienestar emocional, sino
también su rendimiento académico. Los malos hábitos de estudio, a menudo
exacerbados por la presión académica, no solo perjudican el desempeño escolar,
sino que también generan frustración y signos angustia en los estudiantes.
Evidentemente, el rendimiento académico está estrechamente vinculado a los
niveles de ansiedad y al manejo adecuado o inadecuado del estrés en los niños. Por
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lo tanto, es imperativo establecer un plan de estrategias que permita a los estudiantes
aprender a gestionar y manejar este fenómeno. Los docentes deben implementar
técnicas de relajación, fomentar hábitos de estudio saludables y ofrecer apoyo
emocional son pasos esenciales para ayudar a los estudiantes a mejorar su
rendimiento académico y, en última instancia, su calidad de vida.
CONFLICTO DE INTERÉS
El autor declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del
presente artículo científico.
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REVISTA GACETA DE PEDAGOGÍA- Nº52 Año 2025
Síntesis curricular
Ana Carolina Guapaz Oviedo, Magíster en Educación Básica, Universidad
Politécnica Estatal del Carchi. Licenciada en Ciencias de la Educación mención
Educación Básica. Universidad Tecnológica Equinoccial. Profesora en
Educación Básica. Instituto Superior Pedagógico Ciudad de San Gabriel.
Actualmente se desempeña como docente-Líder Institucional en la Unidad
Educativa Luis H. Bolaños.